16 de febrer del 2007

El 2004, una elección acertada.

Hace unos días y con motivo de una reunión de amigos(cómo no), decidimos abrir tres vinos muy diferentes entre sí con el único denominador común de la añada, la de 2004. La cosa fue así:

En primer lugar abrimos un burdeos Chateau Croix-Mouton 2004 de la AOC Bordeaux Superieur, del cual se esperaba más de lo que dio, desafortunadamente. Y digo más, y no bastante más, porque hay que reconocer que la relación entre fruta bien madura y crianza era bastante acertada. De un tono picota muy subido; con una extracción bastante alta que le confería una opacidad importante a simple vista. En nariz prometía: con un intenso aroma de frutos negros y sotobosque junto a notas de reducción que adelantaban lo que iba a ser en boca, o tal vez no(este fue el caso). El resultado en boca no iría mucho más lejos de lo anterior: demasiada expresión de crianza tapaba lo que parecía un final feliz en nariz(fruta negra bien madura,moras). Gustó, en definitiva, aunque la crianza(en mi humilde opinión) hubiese ahogado, prácticamente, la expresión de fruta madura que en un principio le auguraba un ensamblaje ideal con la madera. A pesar de todo, el vino de Jean-Philippe Janoueix no disgustó aunque su competidores potenciales durante la cena lo fueran a dejar muy atrás. El precio de este coupage(Merlot, Cabernet Franc y Petit verdot) es de 14€.

Le seguiría en la cena toda una joya(en mi opinión)de la Ribera del Duero María de Alonso del Yerro 2004. María es sin duda el tesoro más preciado de la Finca Santa Marta que Alonso del Yerro tiene en Roa. De un color purpúreo-azulado con una opacidad tremenda. En nariz es complejo: fruta madura muy viva, buena mineralidad, notas de pimienta y un increíble aroma floral, muy elegante en conjunto. Pese a sus 18 meses de barrica sobre lías es un vino que derrocha juventud por donde se mire. En boca es como en nariz, aunque más elegante(en mi opinión): untuoso, potente, muy mineral y un excelente ensamblaje del roble muy fundido y la expresión frutal, largo. La calidez y la inmejorable relación acidez-alcohol(14,5º) le auguran una larga vida a este excelente y genuino Tinto Fino(Tempranillo). Si tuvo alguna pega fue tal vez el haberlo abierto demasiado pronto puesto que aún hubiese ganado mucho más con más botella. Excelente en definitiva, un vino muy mimado y limitado (14.000 botellas). Para guardar. Su precio es de 33€. (94 puntos en Guía Peñín).

La última estrella que brilló en la cena es otra joya pero esta vez de Yecla: Viña al lado de la casa 2004 de Bodegas Castaño(toda una institución en esta pequeña pero interesante denominación de origen).
En copa pinta color cereza de alta intensidad. La nariz es bastante compleja: aromas sutiles de tostado medio(cacao o tal vez toffee) y fruta negra muy madura(mora y arándanos); tal vez un punto mineral también muy sutil. Elegante y prometedor.
La promesa en nariz se vio cumplida en boca con creces: redondo, sin aristas, muy suave y algo graso(lo justo), muy elegante(en mi opinión), complejo(no hay que olvidar que es un coupage de Monastrell, Syrah, Tintorera y Cabernet Sauvignon). Con ciertos toques dulces y sutilmente amargoso y cálido al fondo(14º). La delicadeza con la que están fundidos taninos y roble es extraordinaria, apenas se perciben los 13 meses de crianza que tiene. Todo una delicatessen para los amantes de la Monastrell. Es complejo, elegante y largo, ¿se puede pedir algo más?. Un crisol de sensaciones a un precio más que razonable: 17€. (94 puntos en Guía Peñín).

Y hasta aquí nuestra última cata. Seguiremos probando.

Salud!!

2 de febrer del 2007

Últimas anotaciones.

El fin de semana pasado, y aprovechando una cena prometedora, abrimos un variopinto elenco de blancos: dos chardonnay(un Chablis y un Navarra), un verdejo(indefectiblemente Rueda), un coupage de Catalunya(con 83% de xarel.lo...), y para cerrar un grüner veltliner austríaco(verde de la Valtellina). Pero vayamos por partes.
En primer lugar valga señalar que la cena(Pollo con gambas, aromatizado, y foie con mermelada de cebolla) fue una excusa ideal para el maridaje con los blancos citados anteriormente.

El primero de los chardonnay fue Castillo de Monjardín Chardonnay 2005 de Navarra(89 puntos,Guía Peñín), un excelente ejemplo de cómo la chardonnay encaja perfectamente en el clima y suelo navarro. De color amarillo con algunas iridiscencias verdosas, muy neto y brillante, destaca en nariz por su intenso aroma a frutas blancas. En boca se muestra fresco, ligeramente graso, con una relación excelente entre acidez y grado alcohólico(13º) y un intenso sabor afrutado a lima o manzana verde. En conjunto un jóven bien estructurado, muy afrutado, fresco y bastante persistente. Por si las señas fueran pocas, este vino hace de la relación calidad/precio su estandarte:5,52€ la botella.

El segundo de los chardonnay, Billaud-Simon Chablis 2005 (Borgoña), resultó tanto en aroma y aspecto como en boca muy diferente de su homónimo español. De color amarillo dorado, su aroma recuerda ligeramente a cítricos y a hierba fresca. En boca es mucho más sedoso que el anterior sin alcanzar la untuosidad de otros Chablis del mismo año. Se muestra muy bien estructurado, fresco, con una acidez muy equilibrada y cierta elegancia. Ciertos toques minerales y amargosos al final. Un excelente ejemplo de Chablis. El precio en Vilaviniteca, donde se compró, es de 13,90€.

Puestos a seguir con más blancos y buscando algo fresco también, se optó por abrir una botella de Naia 2005(92 puntos, Guía Peñín), una excelente elección sin duda. Naia es producto del proyecto en común de Víctor Rodríguez, J. Ordoñez y Javier Alién, que han demostrado su valía en todos los proyectos que están llevando a cabo en Rías Baixas, La Mancha, etc. Un paradigma casi inigualable de verdejo. De aspecto amarillo dorado y verdoso, en nariz se presenta muy frutal, con toques de fruta blanca y flores. En boca no promete menos mostrándose amplio y cremoso, muy frutal y floral con unos toques minerales y amargosos al final. Todo ello armonizado por una excelente acidez y frescura. Un ejemplo de elegancia el de este verdejo jóven que sin duda y en mi humilde opinión, resultó la estrella del ágape. Desde el Basa 2003 del polivalente Telmo Rodríguez, no me resultaba un verdejo jóven tan complejo e interesante. Matizar también la persitencia de Naia tanto en boca como en retronasal. Excelente en conjunto. En cuanto al precio está por 9,90€.

El cuarto blanco es un conocido en Vilaviniteca, Ca n´Estruc 2006(Catalunya). Este 2006 acaba de salir al mercado y ya se está haciendo un hueco entre los jóvenes blancos más sabrosos. El buen hacer de esta bodega que descansa a los pies de Montserrat(Esparreguera), se está viendo reflejado en sus vinos de forma indiscutible. El esfuerzo y el trabajo por mantener y mejorar la calidad se ve materializado en este coupage lleno de matices. De color amarillo pajizo, despide aromas a fruta muy fresca y unos toques de hierba. La abrumadora presencia de la xarel.lo le confiere una expresión varietal muy destacada. A pesar de ser una uva con bastante cuerpo y no ser esto lo más indicado para un vino jóven, proporciona una armonía al conjunto(xarel.lo, macabeo y chardonnay) que da como resultado un vino bastante bien estructurado, muy fresco, de cuerpo medio, y con unos toques algo dulzones al fondo que recuerdan(en mi opinión) al Moscatel de Alejandría. A todo ello se suma una acidez más que correcta que equilibra y aúpa todo este cupaje. Humilde, sencillo y acertadísimo, una elección perfecta a un precio increíble: 2,95€.

Cerramos la cena con un grüner veltliner austríaco, Schloss Gobelsburg Grüner Veltliner Auslese 2004. La grüner veltliner está arraigada por toda la parte meridional de Austria, en especial por las zonas bañadas por el Danubio, extendiéndose, así también, a través de otros países colindantes como Hungría, República Checa, etc. El vino que se produce con esta variedad tiene unas características que varían dependiendo de la maduración y la concentración de la uva. En nuestra elección en particular, daba la impresión que para ser un Auslese(selección) le faltaba bastante cuerpo, convirtiéndose en un vino ligero que aún teniendo las características esenciales de la variedad: buena acidez, aromas de fruta como el pomelo o la pera, dulcedumbre y algún toque especiado, no alcanzaba la virtud de otros veltliners de la misma bodega. Ligero, sin demasiado cuerpo y eclipsado en definitiva por los blancos que le antecedieron durante la cena. Un pena. El propietario de la bodega Michael Moosbrugger, va a tener que aportarle un poco de esa magia que ha llevado a otros de sus veltliners como Renner, Lamm o el famoso Tradition a estar entre lo más granado del mercado. El precio de este Veltliner Auslese es de 15,20€, la botella de 37,5cl.

Y hasta aquí la cata, porque la cena terminaría todavía con un excelente aguardiente a la miel, destilado en Herbés (Els Ports,Castelló) que suplió a la perfección las carencias del veltliner.

Un saludo a todos.