13 d’abril del 2009

Marchese di Villamarina 2003: nuestro pequeño homenaje.


Hoy me quiero sumar al duelo de todos los habitantes de gli Abruzzi y rendir mi pequeño homenaje a todas la personas que han perdido la vida a causa del seísmo que el domingo pasado sacudió gran parte de la región. En primer lugar hago esto, porque hace seis años yo era un abruzzese más que estudiaba en la facultad de Humanas en Teramo, muy muy cercana a L´Aquila, durante todo un curso. En segundo lugar, escribo esto, sumándome a mi querido amigo Joan de De Vinis, para solidarizarme muy humildemente con una tierra a la que siempre echo de menos y nunca me canso de volver.
Apenas hace unos días que volví de Italia, más en concreto de Sardegna, una isla maravillosa que hasta el momento no conocía. En mi viaje he tenido la oportunidad de visitar la ciudad de L´Alguer, situada a poniente de la isla y enmarcada en la zona más septentrional. Para un catalanoparlante es siempre un hito, creo yo, visitar una ciudad donde aún pervive tu lengua más alla de los dominios conocidos. Pues bien, después de estar varios día en la ciudad, alquilamos un coche y decidimos recorrer la costa norte, desde la Nurra hasta la Gallura, para ver esos maravillosos pueblos, como Castelsardo(en la imagen), que salpican la isla. Y como no podía ser de otro modo, probar todo los vinos más significativos de las diversas DOC que tienen los sardos.
Nuestro primer alto, apenas habíamos dejado L´Alguer, fuen en la localidad de I Piani, donde visitamos la bodega Tenuta Sella & Mosca, que comprende una vastísima extensión de viñedo y produce una ingente cantidad de etiquetas, además de grappa y aceite. El vino que comentaremos es precisamente de esta bodega, el Marchese di Villamarina 2003, recientemente premiado con i tre bicchieri (la puntuación más alta)de la Gambero Rosso 2009, la guía de vinos más completa y conocida de Italia. Bien, ¿por qué este vino de cabernet, en lugar de un cannonau, un carignano di Sulcis o un vermentino? Pues por parecerme un ejemplo extraordinario de Cabernet Sauvignon, profundamente mediterránea. Hace años, cuendo empecé en este fascinante mundo del vino, la cabernet no era una de las variedades que más me entusiasmaran, me parecía, a veces, incluso vulgar: con esas notas herbáceas y vegetales que tanto me recordaban al pimiento verde siempre. Después de catar mucho y más(el único modo de saber algo sobre vino), comprendí que estaba muy equivocado y que la cabernet evoca en muchas ocasiones emociones insospechadas. En el caso de nuestro vino, fue tal cual.
Color rubí, de capa medio alta, en nariz muestra esas sensaciones sutilmente herbáceas de la variedad mezcladas con el aire del mediterráneo que ventila incesantemente estos pagos, los mejores de la bodega. En boca es francamente armonioso, notas ligeramente fenólicas se mezclan con la fruta negra madura y el sotobosque, todo ello equilibrado por una madera de tronçais que influencia muy sutilmente, a pesar de sus 18 meses de permanencia, todo el conjunto. Un cabernet diferente pero clásico, una pequeña joya que tras otros 18 meses de afinamiento en botella, es digna de esta maravillosa isla. Quisiera añadir a las notas de cata que con toda seguridad, el tiempo mejorará este espléndido vino que muestra toda la fuerza del terruño del que procede, dominado básicamente por una arcilla gris con altos contenidos férricos. Añadir además que si se combina con unos buenos Orecchiette alla sarda, puede resultar algo inefable.

Y este ha sido nuestro pequeño homenaje desde Les Foes a todos los abruzzesi; y también recordar, de otra forma, a una tierra, en este caso Sardegna, que nos ha brindado tantos buenos momentos.

PS: A todos los que aman los paisajes de mar y la playa les recomendaría visitar Sardegna, para muestra un botón.


Arrivederci e salute...

Roger