4 de maig del 2014

Medium Dry de Ximénez-Spinola: savoir faire jerezano.

Ya hemos comentado en anteriores posts, aquí y aquí, el mimo y detalle con el que trabajan su PX en Ximénez-Spínola para producir algunos de los mejores vinos del Marco, y siempre con la calidad como estandarte. Pues bien, hace un par de meses tuvimos la oportunidad de acercarnos a visitar la bodega (que ya iba siendo hora), situada nada más y nada menos que en el corazón del Pago de Balbaína, tierra de albariza pura, y comprobar in situ el savoir faire que caracteriza sus vinos y brandys. Estos últimos de limitadísima producción y delineadas y finas holandas. 

Angelines, Laura y Jose Antonio nos enseñaron las nuevas dependencias, mucho más adecuadas y amplias para el trabajo que las del centro de Jerez, que siguen conservando como buenos almacenistas tradicionales que son. Nosotros encantados. Volvimos a catar todos sus vinos y probamos por primera vez el nuevo proyecto que ya venía gestándose desde hacía un tiempo: su Old Harvest Medium Dry.
En general, la inmensa mayoría de mediums que encontramos en el mercado suelen ser unos caldos empalagosos con más o menos gracia, diseñados para satisfacer la creciente demanda de este tipo de vino en el mercado anglosajón. Nada más alejado de esta realidad está el Old Harvest Medium Dry de Ximénez-Spínola.
Para conseguir este vino tan genuino, se han cabeceado dos vinos extraordinarios: un oloroso muy viejo de PX, con una solera de 1918 y un PX dulce muy viejo de 1948. Partiendo de una base tan fantástica, el resultado que se auguraba no lo podía ser menos. Tuvimos la oportunidad de poder catar estas maravillas por separado, y era de esperar que el resultado fuera un medium no menos extraordinario.
Visualmente es de un ámbar nítido impresionante. En nariz resaltan los recuerdos de la crianza, acetaldehídos, toffee, avellanas, nueces y caramelo. En boca es una promesa cumplida: una acidez vibrante, un paso suave e intenso y un postgusto a manzana al horno para el recuerdo. Otra genialidad de esta casa.

Es curioso que en ninguna de las andanas encontremos la típica bota jerezana de 500 litros, todas son de 225. Esto tiene una explicación muy clara, si una bota de 500 se estropea, la pérdida es el doble que si lo hace una de 225, obvio. En bodegas que mueven mucho volumen, no tiene gran importancia, pero en Ximénez-Spínola, con una más que ajustada producción para ofrecer una altísima calidad, prefieren no correr riesgos innecesarios, algo más que razonable. Ya se sabe que la esencia de algo bueno siempre viene en frasco pequeño. En este caso 50 cl. de dulce alquimia.


Salud!

PS: No quisiera cerrar el post sin agradecer a Angelines, Laura y Jose Antonio su extraordinaria hospitalidad. Pasamos una tarde inolvidable. Gracias.

1 comentari:

Llauro ha dit...

Roger, ¡Eres un artiste!, i no es cova.